Hoy vamos a hacer la tarta de chocolate americana por excelencia. O también podríamos llamarla, la tarta de chocolate total. Y es que si por algo destaca la Devil's Food Cake es porque rebosa chocolate por todas sus partes. Además, es la tarta ideal para quedar como un auténtico profesional de la repostería, pues una de sus características es la imperfección de su acabado. Así que no necesitamos ser expertos decoradores para que nos quede igual de bien que las originales.
El bizcocho queda tierno y húmedo, con un absoluto sabor a chocolate y la cantidad de frosting suficiente para disfrutarlo. Junto a la Sacher, una de las mejores tarta de chocolate que se pueden probar.
El bizcocho queda tierno y húmedo, con un absoluto sabor a chocolate y la cantidad de frosting suficiente para disfrutarlo. Junto a la Sacher, una de las mejores tarta de chocolate que se pueden probar.
RECETA EN VÍDEO
DEVIL'S FOOD CAKE
INGREDIENTES:
330 g de harina de trigo
90 g de cacao en polvo
10 g de levadura química
12 g de bicarbonato sódico
4 g de sal
185 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
300 g de azúcar moreno
2 cucharaditas de extracto de vainilla
4 huevos L
360 ml de leche
15 ml de zumo de limón
Para el frosting y relleno:
375 g de chocolate negro
430 ml de nata para montar
125 g de nata fresca
Una pizca de sal
Utilidades:
Tabla de equivalencias
Dónde comprar mis utensilios
PREPARACIÓN:
Empezamos preparando el frosting. Ponemos un cazo con agua al fuego y colocamos encima un bol grande con 375 g de chocolate negro. Agregamos 430 ml de nata para montar y mezclamos con ayuda de unas varillas hasta que ambos ingredientes se hayan integrado totalmente. Echamos una pizca de sal y 125 g de nata fresca. Retiramos el bol del cazo y batimos hasta conseguir una mezcla homogénea. Dejamos que se atempere y reservamos en la nevera para que endurezca.
Preparamos los bizcochos. Empezamos con la buttermilk, mezclando 15 ml de zumo de limón en 360 ml de leche. Dejamos reposar 15 minutos. En un bol tenemos 330 g de harina de trigo. Incorporamos 90 g de cacao en polvo, 10 g de levadura química o polvo de hornear, 12 g de bicarbonato de sodio y 4 g de sal. Mezclamos bien y reservamos. En el vaso de la batidora echamos 185 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente y empezamos a batir con unas varillas a velocidad baja durante 3 minutos. A continuación incorporamos 300 g de azúcar moreno y 2 cucharaditas de extracto de vainilla sin dejar de batir. Empezamos a añadir 4 huevos tamaño L de uno en uno. Echamos el siguiente huevo cuando el anterior se haya incorporado bien. Aunque parezca que la mezcla se ha cortado, no os preocupéis, es lo normal. Incorporamos la mezcla de harina y cacao y la buttermilk. Lo haremos por tandas y alternando una con otra. Empezaremos por la harina. Tamizamos 1/3 aproximadamente de la mezcla de harina y cacao y batimos hasta integrar. A continuación, seguimos con la mitad del buttermilk que debe tener, tras el reposo, aspecto de leche cortada. Batimos para integrarlo y continuamos con otro tercio de mezcla de harina y cacao. Batimos e incorporamos el resto de buttermilk. Volvemos a batir y terminamos con el último tercio de mezcla de harina y cacao. Una vez todo bien integrado mezclamos con una espátula arrastrando el fondo por si hubiera quedado algún resto.
Tenemos un par de moldes de 20 cm con el fondo desmontable que hemos forrado con papel vegetal y cuyas paredes rociamos con spray desmoldante. Echamos la mezcla repartida por igual en cada molde. Movemos un poco los moldes para que se reparta uniformemente la masa y directos al hornos. Horno precalentado a 180 ºC durante 30 minutos. Pasado el tiempo pinchamos el centro con un palillo para comprobar que está hecho, sino lo dejamos 5 minutos más hasta que esté totalmente hecho. Sacamos del horno, dejamos enfriar 10 minutos y desmoldamos. Los dejamos enfriar totalmente boca abajo sobre una rejilla.
Vamos con el montaje de la tarta. Colocamos el primer bizcocho con la panza hacía arriba. Echamos una cantidad generosa de frosting y cubrimos toda la superficie. Colocamos encima el siguiente bizcocho, esta vez con la panza boca abajo. Ajustamos y empezamos a cubrir de frosting por arriba. Una vez cubierto por arriba, cubrimos los laterales, debemos rellenar todo el hueco que queda entre los dos bizcochos. No hace falta dejarlo perfectamente liso, puesto que la decoración final no requiere ninguna finura. Una vez que tenemos toda la tarta cubierta y lisa empezamos a poner cucharadas de frosting con la parte convexa de la cuchara. Vamos haciendo movimientos circulares a nuestro gusto, sin ningún orden ni técnica concreta. Empezamos por arriba y seguimos por todo el lateral. ¡Tarta lista!
Cualquier duda, mira el vídeo.
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INGREDIENTES:
330 g de harina de trigo
90 g de cacao en polvo
10 g de levadura química
12 g de bicarbonato sódico
4 g de sal
185 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
300 g de azúcar moreno
2 cucharaditas de extracto de vainilla
4 huevos L
360 ml de leche
15 ml de zumo de limón
Para el frosting y relleno:
375 g de chocolate negro
430 ml de nata para montar
125 g de nata fresca
Una pizca de sal
Utilidades:
Tabla de equivalencias
Dónde comprar mis utensilios
PREPARACIÓN:
Empezamos preparando el frosting. Ponemos un cazo con agua al fuego y colocamos encima un bol grande con 375 g de chocolate negro. Agregamos 430 ml de nata para montar y mezclamos con ayuda de unas varillas hasta que ambos ingredientes se hayan integrado totalmente. Echamos una pizca de sal y 125 g de nata fresca. Retiramos el bol del cazo y batimos hasta conseguir una mezcla homogénea. Dejamos que se atempere y reservamos en la nevera para que endurezca.
Preparamos los bizcochos. Empezamos con la buttermilk, mezclando 15 ml de zumo de limón en 360 ml de leche. Dejamos reposar 15 minutos. En un bol tenemos 330 g de harina de trigo. Incorporamos 90 g de cacao en polvo, 10 g de levadura química o polvo de hornear, 12 g de bicarbonato de sodio y 4 g de sal. Mezclamos bien y reservamos. En el vaso de la batidora echamos 185 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente y empezamos a batir con unas varillas a velocidad baja durante 3 minutos. A continuación incorporamos 300 g de azúcar moreno y 2 cucharaditas de extracto de vainilla sin dejar de batir. Empezamos a añadir 4 huevos tamaño L de uno en uno. Echamos el siguiente huevo cuando el anterior se haya incorporado bien. Aunque parezca que la mezcla se ha cortado, no os preocupéis, es lo normal. Incorporamos la mezcla de harina y cacao y la buttermilk. Lo haremos por tandas y alternando una con otra. Empezaremos por la harina. Tamizamos 1/3 aproximadamente de la mezcla de harina y cacao y batimos hasta integrar. A continuación, seguimos con la mitad del buttermilk que debe tener, tras el reposo, aspecto de leche cortada. Batimos para integrarlo y continuamos con otro tercio de mezcla de harina y cacao. Batimos e incorporamos el resto de buttermilk. Volvemos a batir y terminamos con el último tercio de mezcla de harina y cacao. Una vez todo bien integrado mezclamos con una espátula arrastrando el fondo por si hubiera quedado algún resto.
Tenemos un par de moldes de 20 cm con el fondo desmontable que hemos forrado con papel vegetal y cuyas paredes rociamos con spray desmoldante. Echamos la mezcla repartida por igual en cada molde. Movemos un poco los moldes para que se reparta uniformemente la masa y directos al hornos. Horno precalentado a 180 ºC durante 30 minutos. Pasado el tiempo pinchamos el centro con un palillo para comprobar que está hecho, sino lo dejamos 5 minutos más hasta que esté totalmente hecho. Sacamos del horno, dejamos enfriar 10 minutos y desmoldamos. Los dejamos enfriar totalmente boca abajo sobre una rejilla.
Vamos con el montaje de la tarta. Colocamos el primer bizcocho con la panza hacía arriba. Echamos una cantidad generosa de frosting y cubrimos toda la superficie. Colocamos encima el siguiente bizcocho, esta vez con la panza boca abajo. Ajustamos y empezamos a cubrir de frosting por arriba. Una vez cubierto por arriba, cubrimos los laterales, debemos rellenar todo el hueco que queda entre los dos bizcochos. No hace falta dejarlo perfectamente liso, puesto que la decoración final no requiere ninguna finura. Una vez que tenemos toda la tarta cubierta y lisa empezamos a poner cucharadas de frosting con la parte convexa de la cuchara. Vamos haciendo movimientos circulares a nuestro gusto, sin ningún orden ni técnica concreta. Empezamos por arriba y seguimos por todo el lateral. ¡Tarta lista!
Cualquier duda, mira el vídeo.
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