¿Qué os parecería si pudiéramos hacer un pan de molde totalmente a mano, sin necesidad de amasarlo, que fuera saludable, 100% integral y que encima estuviera rico? Pues esa es la receta de hoy, además usando harina de espelta 100% integral, muy fácil de encontrar en Mercadona o cualquier otro supermercado. El resto de ingredientes son de lo más comunes: aceite, sal, levadura y agua.
Queda un pan tierno, con la miga húmeda y muy rico de sabor, aguanta perfectamente 3 días. Eso sí, a mí nunca me ha pasado del primer día, en casa lo devoran nada más servirlo en la mesa. Si te sobra o haces más siempre puedes rebanarlo y congelarlo, así tienes pan rico y como recién hecho siempre que quieras. No hay excusas, si no haces este pan es porque no quieres.
Queda un pan tierno, con la miga húmeda y muy rico de sabor, aguanta perfectamente 3 días. Eso sí, a mí nunca me ha pasado del primer día, en casa lo devoran nada más servirlo en la mesa. Si te sobra o haces más siempre puedes rebanarlo y congelarlo, así tienes pan rico y como recién hecho siempre que quieras. No hay excusas, si no haces este pan es porque no quieres.
RECETA EN VÍDEO
PAN DE MOLDE DE ESPELTA 100% INTEGRAL
INGREDIENTES:
500 g de harina integral de espelta
15 g de sal
20 g de aceite de oliva virgen extra
10 g de levadura fresca o (3 g de levadura seca)
350 ml de agua tibia
Utilidades:
Tabla de equivalencias
Dónde comprar mis utensilios
PREPARACIÓN:
Disolvemos 10 g de levadura fresca en 350 ml de agua tibia. Mezclamos con ayuda de un tenedor hasta que se haya disuelto. Dejamos reposar durante 5 minutos. En un bol grande tenemos 500 g de harina integral de espelta. Incorporamos 15 g de sal y mezclamos con las manos. Añadimos 20 g de aceite de oliva virgen extra en el agua que teníamos reservada junto a la levadura. Con ayuda de un tenedor vamos incorporando los líquidos a la harina. Lo hacemos poco a poco a la par que mezclamos. Una vez que veamos que con el tenedor no avanzamos es hora de meter las manos y seguir mezclando hasta que se haya integrado toda la harina. No es necesario amasar, simplemente mezclar. Nos quedará una masa pegajosa y muy poco elástica. Se irá amasando sola gracias a los reposos. Tapamos y dejamos reposar la masa 15 minutos. Pasados los 15 minutos, destapamos y le hacemos 5 o 6 pliegues, lo justo para plegar todos los lados de la masa. Volvemos a tapar y dejamos reposar otros 15 minutos. Destapamos nuevamente y volvemos a plegarla. La masa ya estará más maleable, menos pegajosa y más elástica. Tapamos nuevamente, es la tercera vez que reposa 15 minutos. La masa se deja domar sin ninguna dificultad. Doblamos nuevamente y tapamos otros 15 minutos. Será la cuarta y última vez.
Enharinamos la superficie de trabajo para evitar que la masa se nos pegue a la mesa y volcamos la masa en ella. La aplastamos ligeramente con las manos y la enharinamos. Con ayuda de un rodillo vamos a estirarla. Hemos de hacer un rectángulo de la misma longitud que el molde donde vamos a hornear el pan. Enrollamos la masa y la colocamos en el interior del molde (previamente pintado con aceite) con el cierre del rollo hacia abajo. Tapamos y dejamos reposar durante un par de horas o hasta que su volumen haya sobrepasado el molde.
Nuestro pan ya ha levado. Lo pintamos con aceite. Horno precalentado a 200 ºC, introducimos el pan e inmediatamente bajamos la temperatura a 180 ºC. Horneamos durante 40 minutos. Pasado el tiempo lo sacamos del horno, dejamos que se enfríe 5 minutos y lo desmoldamos. Es importante desmoldarlo para que no se humedezca dentro del molde. Lo despegamos del molde con ayuda de una puntilla y lo dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
Cualquier duda, mira el vídeo.
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500 g de harina integral de espelta
15 g de sal
20 g de aceite de oliva virgen extra
10 g de levadura fresca o (3 g de levadura seca)
350 ml de agua tibia
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PREPARACIÓN:
Disolvemos 10 g de levadura fresca en 350 ml de agua tibia. Mezclamos con ayuda de un tenedor hasta que se haya disuelto. Dejamos reposar durante 5 minutos. En un bol grande tenemos 500 g de harina integral de espelta. Incorporamos 15 g de sal y mezclamos con las manos. Añadimos 20 g de aceite de oliva virgen extra en el agua que teníamos reservada junto a la levadura. Con ayuda de un tenedor vamos incorporando los líquidos a la harina. Lo hacemos poco a poco a la par que mezclamos. Una vez que veamos que con el tenedor no avanzamos es hora de meter las manos y seguir mezclando hasta que se haya integrado toda la harina. No es necesario amasar, simplemente mezclar. Nos quedará una masa pegajosa y muy poco elástica. Se irá amasando sola gracias a los reposos. Tapamos y dejamos reposar la masa 15 minutos. Pasados los 15 minutos, destapamos y le hacemos 5 o 6 pliegues, lo justo para plegar todos los lados de la masa. Volvemos a tapar y dejamos reposar otros 15 minutos. Destapamos nuevamente y volvemos a plegarla. La masa ya estará más maleable, menos pegajosa y más elástica. Tapamos nuevamente, es la tercera vez que reposa 15 minutos. La masa se deja domar sin ninguna dificultad. Doblamos nuevamente y tapamos otros 15 minutos. Será la cuarta y última vez.
Enharinamos la superficie de trabajo para evitar que la masa se nos pegue a la mesa y volcamos la masa en ella. La aplastamos ligeramente con las manos y la enharinamos. Con ayuda de un rodillo vamos a estirarla. Hemos de hacer un rectángulo de la misma longitud que el molde donde vamos a hornear el pan. Enrollamos la masa y la colocamos en el interior del molde (previamente pintado con aceite) con el cierre del rollo hacia abajo. Tapamos y dejamos reposar durante un par de horas o hasta que su volumen haya sobrepasado el molde.
Nuestro pan ya ha levado. Lo pintamos con aceite. Horno precalentado a 200 ºC, introducimos el pan e inmediatamente bajamos la temperatura a 180 ºC. Horneamos durante 40 minutos. Pasado el tiempo lo sacamos del horno, dejamos que se enfríe 5 minutos y lo desmoldamos. Es importante desmoldarlo para que no se humedezca dentro del molde. Lo despegamos del molde con ayuda de una puntilla y lo dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
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