La receta de hoy no tiene ningún misterio. Unas natillas caseras, de las de toda la vida, de las que seguramente todos habéis comido en casa de niños. Y con unos ingredientes muy básicos que encontramos en cualquier casa todo el año. Yo, como no podía ser de otra manera voy a hacer las natillas que me hacía mi madre. A mis hijos les encantan, espero que cuando sean mayores recuerden todos estos platos como yo los recuerdo ahora.
Receta incluida en el eBook/PDF "Las recetas de mi madre".
Receta incluida en el eBook/PDF "Las recetas de mi madre".
RECETA EN VÍDEO
NATILLAS
INGREDIENTES:
750 ml de leche
Una pizca de sal
1/2 rama de canela
1/2 rama de vainilla
2 trozos de corteza de limón
125 g de azúcar
2 yemas de huevo tamaño L
1 huevo tamaño L
15 g de maicena
Galletas María
Utilidades:
Tabla de equivalencias
Dónde comprar mis utensilios
PREPARACIÓN:
Lo primero que hacemos es reservar un poco de leche de los 750 ml que vamos a utilizar para la receta. El resto de leche la ponemos en un cazo. Añadimos una pizca de sal, media rama de canela, media vaina de vainilla y dos trozos de corteza de limón. Echamos la mitad de los 125 g de azúcar que necesitaremos para la receta (unos 60 g) y dejamos a fuego medio-bajo hasta que casi rompa a hervir. Yo este paso lo suelo hacer la noche anterior, así después incorporo la leche fría a los huevos, además de dejarlo infusionar toda la noche.
En un bol echamos las 2 yemas de huevo L y un huevo entero tamaño L. Echamos el azúcar restante y batimos con unas varillas. Batimos hasta que el azúcar se haya disuelto totalmente. Echamos la leche que habíamos reservado en un bol e incorporamos 15 g de maicena. Mezclamos bien hasta que la maicena se haya disuelto por completo y añadimos a los huevos. Batimos bien hasta obtener una mezcla homogénea. Por último, incorporamos la leche que teníamos infusionando toda la noche. La vamos incorporando por tandas, pasando la leche por un colador para que no se cuele ningún resto de nata o trocitos de canela. Y mezclando bien entre tanda y tanda.
Por último volvemos a echar la mezcla en el cazo y ponemos a fuego lento para evitar que se nos queme. Dejamos cocinar hasta que haya espesado, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera para evitar que se pegue en el fondo. Estará lista cuando dibujéis una raya en la cuchara y se queden bien separados los dos lados. Acabará de coger cuerpo cuando esté totalmente fría. Podéis ponerlas en vasitos individuales o en una fuente. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y una vez fría reservamos en la nevera para que se enfríe totalmente. Antes de presentar decoramos con unas galletas María.
Cualquier duda, mira el vídeo.
· Los comentarios en el blog están inhabilitados. Puedes comentar todo aquello que te apetezca sobre esta entrada en mi canal de YouTube o en cualquiera de mis redes sociales: Facebook, Instagram o Twitter.
INGREDIENTES:
750 ml de leche
Una pizca de sal
1/2 rama de canela
1/2 rama de vainilla
2 trozos de corteza de limón
125 g de azúcar
2 yemas de huevo tamaño L
1 huevo tamaño L
15 g de maicena
Galletas María
Utilidades:
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Dónde comprar mis utensilios
PREPARACIÓN:
Lo primero que hacemos es reservar un poco de leche de los 750 ml que vamos a utilizar para la receta. El resto de leche la ponemos en un cazo. Añadimos una pizca de sal, media rama de canela, media vaina de vainilla y dos trozos de corteza de limón. Echamos la mitad de los 125 g de azúcar que necesitaremos para la receta (unos 60 g) y dejamos a fuego medio-bajo hasta que casi rompa a hervir. Yo este paso lo suelo hacer la noche anterior, así después incorporo la leche fría a los huevos, además de dejarlo infusionar toda la noche.
En un bol echamos las 2 yemas de huevo L y un huevo entero tamaño L. Echamos el azúcar restante y batimos con unas varillas. Batimos hasta que el azúcar se haya disuelto totalmente. Echamos la leche que habíamos reservado en un bol e incorporamos 15 g de maicena. Mezclamos bien hasta que la maicena se haya disuelto por completo y añadimos a los huevos. Batimos bien hasta obtener una mezcla homogénea. Por último, incorporamos la leche que teníamos infusionando toda la noche. La vamos incorporando por tandas, pasando la leche por un colador para que no se cuele ningún resto de nata o trocitos de canela. Y mezclando bien entre tanda y tanda.
Por último volvemos a echar la mezcla en el cazo y ponemos a fuego lento para evitar que se nos queme. Dejamos cocinar hasta que haya espesado, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera para evitar que se pegue en el fondo. Estará lista cuando dibujéis una raya en la cuchara y se queden bien separados los dos lados. Acabará de coger cuerpo cuando esté totalmente fría. Podéis ponerlas en vasitos individuales o en una fuente. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y una vez fría reservamos en la nevera para que se enfríe totalmente. Antes de presentar decoramos con unas galletas María.
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