ROSQUILLAS DE ANÍS + EBOOK 'LAS RECETAS DE MI MADRE'


Otro dulce típico de estas fechas, las rosquillas de anís. Aunque se coman todo el año, es más habitual hacerlos en Semana Santa. Nuevamente seguiré la receta que aprendí de mi madre, y aproveche la ocasión para anunciaros que ya tenéis disponible el eBook que he hecho con sus mejores recetas tradicionales. En este eBook encontraréis recetas como la de hoy, aunque la gran mayoría son inéditas y no las tengo publicadas ni en el blog ni en el canal de YouTube. Lo he hecho con todo mi cariño y espero que os guste y os sirva para recuperar esas recetas que tanto nos recuerdan a nuestra infancia.


RECETA EN VÍDEO


ROSQUILLAS DE ANÍS

INGREDIENTES: para 15-20 uds.

500 g de harina de trigo
16 g de levadura química (o 1 papelillo de gaseosa)
100 g de aceite de oliva virgen extra desahumado
150 g de azúcar
3 huevos
Ralladura de 1 limón
50 ml de licor de anís
1 pellizco de sal
Aceite de girasol o de oliva (para freír)
Azúcar (para rebozar)

Utilidades:
Tabla de equivalencias
Dónde comprar mis utensilios

PREPARACIÓN:

En un bol cascamos 3 huevos tamaño L. Incorporamos 150 g de azúcar y echamos la ralladura de 1 limón. Con ayuda de unas varillas eléctrica o un robot amasador batimos hasta que empiece a burbujear. Echamos una pizca de sal y seguimos batiendo un par de minutos más. Sin dejar de batir vertemos 50 ml de anís y seguidamente 100 g de aceite de oliva virgen extra desahumado. Esta expresión se refiere a poner el aceite al fuego y calentarlo hasta que casi empiece a humear, entonces lo apagamos y dejamos que se enfríe. Una vez que esté todo bien integrado es el momento de incorporar la harina. A 500 g de harina de trigo le añadimos 16 g de levadura química y mezclamos. Tamizamos sobre nuestra masa y batimos, hemos de ir echando la harina por partes e incorporándola poco a poco. Cuando la masa esté más espesa lo ideal es cambiar las varillas por los ganchos amasadores.  Al final del amasado nos ha de quedar una masa nada pegajosa. Formamos como una bola y la dejamos reposar en el mismo bol entre media hora y una hora.

Pasado el tiempo de reposo, nos rociamos las manos con un poco de aceite de oliva para evitar que se nos pegue la masa. Vamos cogiendo porciones de masa, hacemos una bola y con el mismo dedo le hacemos un agujero en el centro. Ponemos aceite de girasol en un cazo y cuando esté bien caliente freímos los roscos hasta que estén bien dorados por ambos lados. Es aconsejable agrandar el agujero antes de echarlos al cazo, pues al freírlos crecen y el agujero tiende a cerrarse. Una vez dorados a nuestro gusto los sacamos y dejamos escurrir sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Finalmente los rebozamos con azúcar.

Cualquier duda, mira el vídeo.

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