Es posible que este postre no tenga tantas visitas como unos cupcakes o una espectacular tarta, pero os aseguro que para mí está mil veces más bueno. Igual mil es un poco exagerado, pero los clásicos son los postres que perduran, que pasan de generación en generación y, digo yo, que será por algo. También es verdad que los cupcakes y las tartas tampoco se inventaron ayer, tienen también un largo recorrido, así que cada uno haga y coma lo que le plazca. Eso sí, hacedme caso y no dejéis de probar estos riquísimos babás al ron. Por algo, tras más de 200 años, siguen formando parte de la carta de grandes restaurantes.
Como en toda receta antigua, hay varias versiones de donde y como nació, pero la versión más aceptada es que se creó en Francia en el siglo XVIII. El famoso pastelero Nicolás Stohrer perfeccionó la ocurrencia del rey de Polonia, exiliado en Lorena, de mojar un pastelito típico de la zona en ron. De ahí salieron variantes como el savarin. La receta se extendió hasta Nápoles, donde es un postre muy popular. Los italianos, lógicamente, lo reclaman como suyo. El nombre, según la Larousse Gastronomique, es en honor a Alí Babá (el de los 40 ladrones, sí). Según la wikipedia, en cambio, vendría de la abreviación de la palabra "abuela" en polaco. Hay muchas lagunas en el origen de las recetas, ¡es un tema apasionante!
Como curiosidad, a la masa también se le pueden añadir pasas previamente maceradas en ron. Está claro que postres como este no entienden de modas, porque la verdad, muy fotogénico no es, pero hará las delicias de grandes y pequeños. Y otra cosa tengo clara, este será el postre que prepararé para mis próximos invitados, ¿quién se apunta? ;)
Como en toda receta antigua, hay varias versiones de donde y como nació, pero la versión más aceptada es que se creó en Francia en el siglo XVIII. El famoso pastelero Nicolás Stohrer perfeccionó la ocurrencia del rey de Polonia, exiliado en Lorena, de mojar un pastelito típico de la zona en ron. De ahí salieron variantes como el savarin. La receta se extendió hasta Nápoles, donde es un postre muy popular. Los italianos, lógicamente, lo reclaman como suyo. El nombre, según la Larousse Gastronomique, es en honor a Alí Babá (el de los 40 ladrones, sí). Según la wikipedia, en cambio, vendría de la abreviación de la palabra "abuela" en polaco. Hay muchas lagunas en el origen de las recetas, ¡es un tema apasionante!
Como curiosidad, a la masa también se le pueden añadir pasas previamente maceradas en ron. Está claro que postres como este no entienden de modas, porque la verdad, muy fotogénico no es, pero hará las delicias de grandes y pequeños. Y otra cosa tengo clara, este será el postre que prepararé para mis próximos invitados, ¿quién se apunta? ;)
RECETA EN VÍDEO
BABÁ AL RON CON NATA MONTADA Y CEREZAS
INGREDIENTES: 6 uds.
125 g de harina de trigo tamizada
50 g de mantequilla a temperatura ambiente
5 g de levadura fresca
13 g de azúcar
2 huevos L
1 cucharada de agua tibia
1 pizca de sal
Para los moldes: Mantequilla y harina
Para el almíbar:
500 ml de agua
250 g de azúcar
1 trozo de cáscara de limón
1 trozo de cáscara de naranja
1/2 vaina de vainilla
50 ml de ron
Para acompañar:
300 ml de nata para montar (crema para batir)
Azúcar glas (al gusto)
Cerezas frescas
PREPARACIÓN:
Comenzamos preparando la masa para el babá. Deshacemos 5 g de levadura fresca en 1 cucharada sopera de agua tibia. Removemos hasta que esté totalmente disuelta. Echamos en el bol de la amasadora 125 g de harina de trigo tamizada, hacemos un agujero en el centro, como un volcán. Echamos 13 g de azúcar, una pizca de sal, 2 huevos y el agua con la levadura. Mezclamos a velocidad baja hasta integrar todos los ingredientes. Incorporamos 50 g de mantequilla a temperatura ambiente. Y mezclamos a velocidad media.
Untamos bien con mantequilla y enharinamos los moldes. Los colocamos en una bandeja de horno o, como en mi caso, en una plancha. Con ayuda de una cuchara llenamos los moldes hasta la mitad. Tapamos y dejamos reposar en algún lugar cálido hasta que doblen su volumen. Mientras reposan los babás, vamos a preparar el almíbar.
Ponemos un cazo al fuego con 500 ml de agua e incorporamos 250 g de azúcar, 1 trozo grande de cáscara de limón, 1 trozo grande de cáscara de naranja, 1/2 vaina de vainilla y 50 ml de ron añejo. Dejamos hervir durante 20-30 minutos hasta que espese ligeramente. Una vez listo, apagamos el fuego y retiramos las cáscaras y la vainilla.
Montamos 300 g de nata para montar, recordad que debe de estar muy fría. Incorporamos 1 cucharada sopera de azúcar glas. Colocamos las varillas de globo y batimos, empezando por una velocidad baja e iremos incrementando a medida que la nata vaya montando. Rectificamos de azúcar si fuera necesario, ya sabéis que la cantidad de azúcar en este caso es al gusto. Una vez montada la pasamos a una manga pastelera y la reservamos en la nevera.
Introducimos los babás en el horno precalentado a 200ºC durante 15-20 minutos. A media cocción, si veís que ya están doraditos, los podéis tapar con papel de aluminio. Hemos de desmoldarlos inmediatamente tras sacarlos del horno y dejarlos sobre una rejilla. Cuando los babás estén tibios, ponemos el almíbar a hervir y los sumergimos completamente. Hay que empaparlos bien por todos lados. Una vez tengamos todos los babás emborrachados, los pasamos a un plato y los reservamos hasta el momento de servir. Colamos el resto del almíbar y pasamos a la presentación.
En un plato ponemos un babá, acompañamos generosamente de nata montada, un par de cerezas y regamos nuestro babá con 2 o 3 de cucharadas de almíbar. Para los valientes podéis añadir directamente un chorrito de ron. La nata y el almíbar sobrante los servimos para quien quiera echarse más.
Cualquier duda, mira el vídeo.
INGREDIENTES: 6 uds.
125 g de harina de trigo tamizada
50 g de mantequilla a temperatura ambiente
5 g de levadura fresca
13 g de azúcar
2 huevos L
1 cucharada de agua tibia
1 pizca de sal
Para los moldes: Mantequilla y harina
Para el almíbar:
500 ml de agua
250 g de azúcar
1 trozo de cáscara de limón
1 trozo de cáscara de naranja
1/2 vaina de vainilla
50 ml de ron
Para acompañar:
300 ml de nata para montar (crema para batir)
Azúcar glas (al gusto)
Cerezas frescas
PREPARACIÓN:
Comenzamos preparando la masa para el babá. Deshacemos 5 g de levadura fresca en 1 cucharada sopera de agua tibia. Removemos hasta que esté totalmente disuelta. Echamos en el bol de la amasadora 125 g de harina de trigo tamizada, hacemos un agujero en el centro, como un volcán. Echamos 13 g de azúcar, una pizca de sal, 2 huevos y el agua con la levadura. Mezclamos a velocidad baja hasta integrar todos los ingredientes. Incorporamos 50 g de mantequilla a temperatura ambiente. Y mezclamos a velocidad media.
Untamos bien con mantequilla y enharinamos los moldes. Los colocamos en una bandeja de horno o, como en mi caso, en una plancha. Con ayuda de una cuchara llenamos los moldes hasta la mitad. Tapamos y dejamos reposar en algún lugar cálido hasta que doblen su volumen. Mientras reposan los babás, vamos a preparar el almíbar.
Ponemos un cazo al fuego con 500 ml de agua e incorporamos 250 g de azúcar, 1 trozo grande de cáscara de limón, 1 trozo grande de cáscara de naranja, 1/2 vaina de vainilla y 50 ml de ron añejo. Dejamos hervir durante 20-30 minutos hasta que espese ligeramente. Una vez listo, apagamos el fuego y retiramos las cáscaras y la vainilla.
Montamos 300 g de nata para montar, recordad que debe de estar muy fría. Incorporamos 1 cucharada sopera de azúcar glas. Colocamos las varillas de globo y batimos, empezando por una velocidad baja e iremos incrementando a medida que la nata vaya montando. Rectificamos de azúcar si fuera necesario, ya sabéis que la cantidad de azúcar en este caso es al gusto. Una vez montada la pasamos a una manga pastelera y la reservamos en la nevera.
Introducimos los babás en el horno precalentado a 200ºC durante 15-20 minutos. A media cocción, si veís que ya están doraditos, los podéis tapar con papel de aluminio. Hemos de desmoldarlos inmediatamente tras sacarlos del horno y dejarlos sobre una rejilla. Cuando los babás estén tibios, ponemos el almíbar a hervir y los sumergimos completamente. Hay que empaparlos bien por todos lados. Una vez tengamos todos los babás emborrachados, los pasamos a un plato y los reservamos hasta el momento de servir. Colamos el resto del almíbar y pasamos a la presentación.
En un plato ponemos un babá, acompañamos generosamente de nata montada, un par de cerezas y regamos nuestro babá con 2 o 3 de cucharadas de almíbar. Para los valientes podéis añadir directamente un chorrito de ron. La nata y el almíbar sobrante los servimos para quien quiera echarse más.
Cualquier duda, mira el vídeo.
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