He de reconocer que el arroz llegó tarde a mi vida y, aunque ahora disfruto con una buena paella mixta o un arroz negro, soy bastante reacia a otras preparaciones (especialmente, a todo lo que lleve arroz hervido). En casa, en cambio, el arroz gusta mucho y de todas las maneras, pero nunca les había hecho risotto. Cristina, una seguidora con la que coincidí en BCN&Cakes, me comentó que echaba de menos algún risotto en el blog. Así que éste, aunque nos lo comimos nosotros, se lo dedico a ella.
INGREDIENTES: 4 personas
500 g de arroz arborio
Bolets
1 cebolleta
1 vaso de café de caldo
1 vaso de café de vino blanco
1 c/s de parmesano rallado
1 c/s de mantequilla
Sal
Para las galletas de parmesano:
Parmesano rallado
PREPARACIÓN:
Lo primero que vamos a preparar es el crujiente de parmesano. Sobre una hoja de papel vegetal rallamos parmesano, procurando formar una especie de galletas redondas. Con el horno previamente precalentado a 180 ºC, introducimos y horneamos durante unos 5 minutos aproximadamente. Retiramos en cuanto empiece a ponerse doradito. Reservamos para la decoración.
Picamos finamente la cebolleta. Ponemos una sartén y echamos el cubo de mantequilla (más o menos, 1 c/s). Una vez derretida incorporamos la cebolleta y sofreímos. Cuando esté transparente echamos los bolets, previamente limpios, y salteamos unos 5 minutos.
Incorporamos el arroz y salamos. Mezclamos e incorporamos el vino blanco. Dejamos reducir. Vamos incorporando el caldo bien caliente poco a poco, a medida que el arroz se vaya secando, de esta manera conseguiremos un risotto bien cremoso (más o menos unos 15 minutos). Rectificamos de sal.
Retiramos del fuego y añadimos 1 c/s de parmesano rallado y un trocito pequeño de mantequilla.
Servimos y decoramos con un par de galletas de parmesano por plato.
Como diría Arguiñano: "Rico, rico..." :)
De acompañamiento, el vino favorito de mi amiga Laura, el Caecus Crianza 2008.
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