Las múrgolas o colmenillas son unas setas un tanto peculiares, sobre todo por su forma. A mi hermano le encantan aunque su altísimo precio las convierte en un manjar casi prohibido. Hace poco me trajo unas cuantas para que se las hiciera y pudiéramos probarlas en casa. Me comentó que si se consumen crudas son tóxicas y que la mejor manera de consumirlas es secas y rehidratadas, y posteriormente cocidas. Así que ya veis, no sólo son curiosas por su forma y su nombre, si no que también tienen su pequeña historia detrás.
INGREDIENTES: 4 personas 12 múrgolas secas
6 gambas
100 g de merluza
1/4 de cebolla
Leche
Harina
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
Pesto rojo siciliano
En primer lugar rehidratamos las colmenillas en agua tibia hasta que estén blandas. Después las coceremos en agua limpia durante 30 minutos a unos 90º (sin que lleguen a hervir). Dejar sobre un escurridor para que suelten el agua.
Pelamos y picamos las gambas. Limpiamos de piel y espinas la merluza, y la picamos. Reservamos. Picamos muy finamente la cebolla. Ponemos una sartén con 2 c/s de aceite de oliva. Sofreímos la cebolla, salamos ligeramente. Una vez lista añadimos la merluza y las gambas. Salteamos. Echamos 1/2 c/s de harina, removemos para que se fría bien y añadimos 1 vaso de café de leche. Salpimentamos. Vamos removiendo y añadiendo leche si fuera necesario hasta conseguir la textura de la bechamel deseada.
Con ayuda de una cucharilla de café vamos rellenando una a una las múrgolas. Emplatamos y calentamos en el horno a 90 ºC si fuera necesario. En el momento de servir acompañamos de pesto rojo siciliano a temperatura ambiente.
¡Un manjar de dioses!
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