Es curioso pero con este tipo de pizza conseguimos comer casi más pan que ingredientes, así que es muy recomendable para los peques de la casa, que siempre ponen pegas a todo (al menos los míos): "esto no me gusta", "qué es eso rojo", "qué es eso verde", "qué son esas chispitas"... En fin, que a esta pizza no le pusieron ninguna pega. Además la podéis rellenar de lo que más os guste.
INGREDIENTES: 2 personas
PREPARACIÓN:
En primer lugar preparamos la masa de pizza.
Estiramos la masa y, con ayuda de un aro de 6 cm., vamos cortando porciones del mismo tamaño. Pintamos con un poco de salsa de tomate sin llegar al borde, ponemos una loncha de pepperonni, espolvoreamos un poco de mozzarella rallada y un poco de orégano. Cerramos con ayuda de los dedos haciendo una especie de "saquito" o "bola" y los vamos colocando en un molde tipo Bundt Cake de silicona. Si no lo tenemos de silicona recomiendo enmantequillar el molde para conseguir desmoldar la pizza.
Realizamos el mismo proceso con el resto de masa, así hasta rellenar por completo el molde.
Precalentamos el horno a 210 ºC y horneamos durante 20 minutos, o hasta que la parte superior esté dorada. Sacamos del horno, desmoldamos y dejamos enfríar unos 10 minutos.
Si os queda alguna duda nos os perdáis el paso a paso de mi fuente de inspiración para esta pizza, el blog 'Confections of a foodie bride'.
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