Con estas repentinas calores empieza a no apetecer comidas muy calientes, más bien al contrario. Para compensar las lentejas que preparé el sábado, ayer les hice a mis peques unas fresas heladas, muy ricas y refrescantes. Una receta sencilla donde las hayas, pero visualmente muy atractiva.
INGREDIENTES:500 g de fresas
250 g de yogur griego
azúcar
Lavamos y secamos las fresas. Les cortamos el rabito y reservamos. En un bol echamos el yogurt griego, añadimos azúcar al gusto, también podemos añadir aroma de vainilla, pero yo he preferido el gusto del yogur tal cual.
En un cajón del congelador o una bandeja grande (en función de la disponibilidad del congelador) ponemos papel vegetal o de aluminio. Cogemos las fresas una a una y las bañamos en el yogur. Las ponemos sobre el papel, en función de como las pongamos así irá cayendo el yogur. Yo he aprovechado la parte del rabito que hemos cortado y las he colocado apoyadas por ahí.
Dejamos en el congelador 2-3 horas. Sacamos y volvemos a bañar en el yogur, así tantas veces como grosor le queramos dar al yogur. Una vez con el grosor deseado, las sacamos del congelador y servimos inmediatamente, pues el yogur se deshace con mucha facilidad (y más con estos calores).
¿Quién ha dicho que no podemos tener helado de yogur y fresas natural? Un plato muy fresquito y muy, muy vistoso. ¿A qué os ha gustado?
Esta receta la vi en el blog 'Just as Deslish'.
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