¡MUCHAS FELICIDADES TERE! Hoy es Santa Teresa, así que esta rica tarta se la dedico a mi hermana, a la que adoro. Por supuesto, la tarta también va dedicada a todas las Teres y Teresas que me siguen. ¡Un beso a todas! Por cierto, esta es la tarta que le hice a mi hija Sara para celebrar su 2º cumpleaños. Forma parte de toda una serie de recetas que iré publicando de la Fiesta de Cumpleaños de mi hijo Hugo. Sara todavía es muy pequeña y no tiene su propia fiesta. Aunque todo llegará.
PREPARACIÓN:
Vamos a dividir los ingredientes en 4 grupos. En un bol pequeño ponemos la leche, con el limón y el colorante rojo. Removemos y reservamos. En un bol mediano tamizamos, todos los ingredientes secos, excepto el azúcar. Es decir, la harina, la levadura, la sal y el cacao. Reservamos. En otro bol grande batimos la mantequilla punto pomada, con el azúcar hasta blanquear. Añadimos los huevos uno a uno y el extracto de vainilla. Seguimos batiendo durante 5 minutos.
Precalentamos el horno a 180º. Untamos de mantequilla el molde a utilizar, en este caso un molde de 23cm. y lo espolvoreamos con harina. Reservamos. A esta mezcla le añadimos los ingredientes secos en 3 veces intercalando con la leche en otras 3 veces. Es decir, mientras batimos echamos una tercera parte de harina (ingredientes secos) seguimos batiendo hasta integrar, añadimos 1/3 de la leche, batimos hasta integrar y así sucesivamente hasta echar toda la harina y la leche.
En un recipiente pequeño, mezclamos el bicarbonato sódico y el vinagre. Lo incorporamos inmediatamente a nuestra mezcla anterior. Vertemos la mezcla en el molde que hemos preparado e introducimos en el horno durante unos 40-60 minutos, en mi caso fueron 60 minutos, tiempo en el que al introducir un palillo en el centro salió totalmente seco. Dejamos enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar y/o manipular.
Preparamos el almíbar, para ellos ponemos, el agua, el azúcar y el cognac en un cazo y lo dejamos hervir durante 5 minutos. Reservamos.
Una vez frío el bizcocho, lo preparamos para la decoración, para ello lo igualamos con la ayuda del nivelador de tartas y lo partimos en 3 partes. Preparamos el buttercream de mascarpone, para ello tendremos la nata bien fría. La echamos en un bol junto con el estabilizante de nata (no es necesario pero ayuda a que monte mejor y se mantenga). Una vez montada reservamos en la nevera.
En un bol batimos el mascarpone junto con el azúcar glas y el extracto de vainilla. Una vez bien mezclado, incorporamos la nata montada con la ayuda de una espátula. Lo hacemos con movimientos envolventes para evitar que baje. Introducimos la mezcla en una manga pastelera con boquilla 1M de Wilton. Reservamos en la parte más fría de la nevera o incluso en el congelador, mientras preparamos el bizcocho.
Colocamos un palillo en cada piso del bizcocho para luego encajarlos por el mismo lugar. Separamos las 2 partes de arriba y dejamos sobre el plato de presentación la última parte del bizcocho. En esta ocasión he colocado unas hojas de yedra para decorar, idea que cogí de SandeeA de La Receta de la Felicidad.
Con ayuda de un pincel napamos bien el bizcocho. Rellenamos de buttercream, colocamos encima la segunda capa de bizcocho y napamos. Rellenamos de más buttercream. Finalmente ponemos la última capa de bizcocho y napamos. Llega la parte "en teoría" más complicada, que no lo es tanto. Si que he de deciros que la buttercream tiene mejor consistencia recién hecha. Así que es preferible decorarlo y guardarlo decorado en la nevera, que decorarlo a última hora, pues la buttercream se agua un poquito.
Con ayuda de nuestra manga pastelera vamos formando las rosas, partiendo de la parte central de la tarta hacia fuera. Empezamos por el centro de la rosa y vamos dando vueltas alrededor de si misma hasta obtener el tamaño de rosa deseado.
El resultado es espectacular, aunque estéticamente no quedé del todo satisfecha. Ahora bien, la tarta tuvo un éxito bárbaro, todo el mundo quedó sorprendido y encantado de su sabor. La repetiré y, a buen seguro, con mejor resultado.
INGREDIENTES: 380 g de harina 350 ml de leche 3 huevos 400 g de azúcar 175 g de mantequilla punto pomada 1 c/c aroma de vainilla 2 c/c de colorante rojo 2 c/s de cacao en polvo 1 c/c de sal 2 c/c de levadura tipo Royal 1 c/s de limón 1 y 1/2 c/s bicarbonato sódico 2 c/s vinagre blanco Para el almíbar: 1 vaso (de café) de agua 2 c/s de azúcar 1 chorrito de cognac Para la cobertura: 500 g de mascarpone 250 ml de nata para montar 5 g de estabilizante de nata 250 g de azúcar glas 2 c/c de extracto de vainilla |
PREPARACIÓN:
Vamos a dividir los ingredientes en 4 grupos. En un bol pequeño ponemos la leche, con el limón y el colorante rojo. Removemos y reservamos. En un bol mediano tamizamos, todos los ingredientes secos, excepto el azúcar. Es decir, la harina, la levadura, la sal y el cacao. Reservamos. En otro bol grande batimos la mantequilla punto pomada, con el azúcar hasta blanquear. Añadimos los huevos uno a uno y el extracto de vainilla. Seguimos batiendo durante 5 minutos.
Precalentamos el horno a 180º. Untamos de mantequilla el molde a utilizar, en este caso un molde de 23cm. y lo espolvoreamos con harina. Reservamos. A esta mezcla le añadimos los ingredientes secos en 3 veces intercalando con la leche en otras 3 veces. Es decir, mientras batimos echamos una tercera parte de harina (ingredientes secos) seguimos batiendo hasta integrar, añadimos 1/3 de la leche, batimos hasta integrar y así sucesivamente hasta echar toda la harina y la leche.
En un recipiente pequeño, mezclamos el bicarbonato sódico y el vinagre. Lo incorporamos inmediatamente a nuestra mezcla anterior. Vertemos la mezcla en el molde que hemos preparado e introducimos en el horno durante unos 40-60 minutos, en mi caso fueron 60 minutos, tiempo en el que al introducir un palillo en el centro salió totalmente seco. Dejamos enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar y/o manipular.
Preparamos el almíbar, para ellos ponemos, el agua, el azúcar y el cognac en un cazo y lo dejamos hervir durante 5 minutos. Reservamos.
Una vez frío el bizcocho, lo preparamos para la decoración, para ello lo igualamos con la ayuda del nivelador de tartas y lo partimos en 3 partes. Preparamos el buttercream de mascarpone, para ello tendremos la nata bien fría. La echamos en un bol junto con el estabilizante de nata (no es necesario pero ayuda a que monte mejor y se mantenga). Una vez montada reservamos en la nevera.
En un bol batimos el mascarpone junto con el azúcar glas y el extracto de vainilla. Una vez bien mezclado, incorporamos la nata montada con la ayuda de una espátula. Lo hacemos con movimientos envolventes para evitar que baje. Introducimos la mezcla en una manga pastelera con boquilla 1M de Wilton. Reservamos en la parte más fría de la nevera o incluso en el congelador, mientras preparamos el bizcocho.
Colocamos un palillo en cada piso del bizcocho para luego encajarlos por el mismo lugar. Separamos las 2 partes de arriba y dejamos sobre el plato de presentación la última parte del bizcocho. En esta ocasión he colocado unas hojas de yedra para decorar, idea que cogí de SandeeA de La Receta de la Felicidad.
Con ayuda de un pincel napamos bien el bizcocho. Rellenamos de buttercream, colocamos encima la segunda capa de bizcocho y napamos. Rellenamos de más buttercream. Finalmente ponemos la última capa de bizcocho y napamos. Llega la parte "en teoría" más complicada, que no lo es tanto. Si que he de deciros que la buttercream tiene mejor consistencia recién hecha. Así que es preferible decorarlo y guardarlo decorado en la nevera, que decorarlo a última hora, pues la buttercream se agua un poquito.
Con ayuda de nuestra manga pastelera vamos formando las rosas, partiendo de la parte central de la tarta hacia fuera. Empezamos por el centro de la rosa y vamos dando vueltas alrededor de si misma hasta obtener el tamaño de rosa deseado.
El resultado es espectacular, aunque estéticamente no quedé del todo satisfecha. Ahora bien, la tarta tuvo un éxito bárbaro, todo el mundo quedó sorprendido y encantado de su sabor. La repetiré y, a buen seguro, con mejor resultado.
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